Veo llover por la ventana. El sonido de las gotas me recuerda tiempos de mi infancia. Me encantaba meterme en los charcos y colocarme debajo de los canalones de los tejados, para que sobre mí cayese el grueso chorro de agua que por sus bocas se vertía. Miraba las cenicientas nubes, una y otra vez, pues no comprendía cómo tal cantidad de agua podía almacenarse en tan vaporosos y etéreos recipientes. No me importaba mojarme hasta quedar empapado; sólo sentía pena por la ropa y el calzado que se estropeaban y sus repuestos era caros y muy escasos. Sigue lloviendo y siento como si esta lluvia me limpiara el alma, que vuelve de nuevo a mi niñez y a mi juventud, entre recuerdos dulces y entrañables añoranzas. El monótono repiqueteo del agua me produce una inenarrable sensación de soledad y de serena tristeza. Sólo la la lluvia es mi compañera y a ella le hablo desde el fondo de mi alma. ¡Oh lluvia, fecunda el campo, a la madre naturaleza, para que brille hermosa en sus verdes praderas, en sus árboles frutales, en sus salvajes sabanas, en sus prados floridos o en sus selvas y bosques tropicales! ¡Viendo tus lágrimas caer he aprendido a valorar el sentido de la vida, la tristeza del que sufre, el embrujo del amar, la alegría de la risa, la congoja del llorar, la familia que te ama, la dicha de perdonar, el misterio de la muerte, el trabajo por la paz... He aprendido muchas cosas que se viven y se sienten sin pensar! ¡Alegras, lluvia, mi soledad, en esta melancólica tarde otoñal en la que no veré al rubio sol, pero sí escucharé el sonido de tus cantarinas gotas, chapoteando sobre los charcos y besando el cristal de mi ventana!
El Vacar 22 de octubre de 2020
¡Fernando! yo creo que a todos nos encantaba de pequeños dejar que la lluvia nos empapara y poder sentirla entre nuestro pelo cayendo por nuestra piel... gratos recuerdos de niñez...
ResponderEliminarSí son recuerdos llenos de nostalgia y añoranza. Coinciden con una época en la que yo vivía en casa de mis abuelos maternos y en ese tiempo las lluvias eran mucho más generosas que ahora.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Lourdes
Coincide con lo que dicen mis padres o mi tía, que las lluvias antes eran más abundantes y duraderas... ellas recuerdan días y días lloviendo de continuo...
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