miércoles, 25 de noviembre de 2020

Me alzaré como el fénix...





 Las encinas  conocen mi dolor  pero no hablan.

Esta noche heló y el invierno será frío.

Una  paloma herida se posó sobre la  hierba. 

Tiene  el buche  lleno de  bellotas, pero está sola.

Sus compañeras  escaparon.

Estoy solo y herido como ella. Perdido en mi dolor

Ando de puerta en puerta llamando, pero mi voz es viento y mi mano débil como la  niebla.

Los  oídos  sordos  no quieren escuchar mi soledad, mi pena y sufrimiento.

Quizás  piensen que he  fracasado, que no tengo  vida ni futuro...

Pero me  alzaré  como el fénix  que de sus cenizas  toma  cuerpo.

Volaré  como las  águilas  oteando desde lo alto de  los  cielos.

Cantaré como los  pájaros cuando el sol alumbra la mañana.

Trataré  mi corazón con el abono del amor.

Sembraré  semillas de esperanza en el huerto de mi alma.

Sonreiré  como las  flores cuyos colores atraen a las abejas que liban su néctar .

Reiré con la inocente y pura  risa de los  niños cuando juegan en el parque.

Le  pondré  rostro a la  alegría y su bandera ondeará en mi  frente.

Descorreré el velo que las  cubre para que las  estrellas  brillen en mi noche.

Iluminaré el negro pesimismo con el luminoso sol del optimismo.

Arrojaré al  fondo del océano mis dudas y temores.

Navegaré con banderas de utópica  ilusión.

Descansaré  sereno como los ríos que  se  duermen en el mar.

Pero nunca, nunca dejaré de caminar, de  buscar, de luchar, de  respirar, de amar.... ¡Nunca!

Así esperaré la llegada de la muerte.

El Vacar 21  de noviembre de  2020


lunes, 16 de noviembre de 2020

Córdoba de mi alma . Soneto

¡Yo te amo córdoba de  mi ensueño !

¡Como alumno que fui de lo sagrado,

al contemplar tu templo  tan dorado,

me siento  traspasado en loco empeño!


¡Al mundo lo dejas  anonadado,

con tu rico y noble patrimonio!

¡Del universal arte  testimonio,

cuatro veces ya ha sido  declarado!


¡De la  sabiduría  clara  fuente,

que jubilosa  mana  dulce calma!

¡Qué hermoso, qué precioso que es tu canto,


que impulsa , que alimenta a  sabia gente!

¡Oh Córdoba, Córdoba de mi alma!

¡Bellísima  ciudad de  gran encanto!


Córdoba 12 de  febrero de 2020


lunes, 9 de noviembre de 2020

Si mis nietos preguntan por mí

 Si algún día, cuando  ya no esté,

mis nietos  preguntan por mí,

decidles que me  he marchado

a países lejanos,

a descubrir  misterios  ocultos

y secretos arcanos,

allá, muy muy lejos,

donde el mar y las  montañas se unen

bajo un cielo celeste;

donde las  estrellas  peinan

sus  cabellos de plata;

donde el viento se  duerme 

en brazos de la  aurora.

Allí, si me  buscan,

me encontrarán entre los  montes

contemplando el fresco amanecer,

bajo el rosáceo manto 

que adorna al rubio sol;

contemplando el eterno y rojo atardecer

de los  días, que nacen y mueren;

escuchando el trino de los  pájaros 

y la limpia  risa del agua  cantarina,

que  corre, salta y juega en los  arroyos.

Sí, allí estaré, escondido  entre la  niebla 

y jugando con el viento,

esperando ver sus  caras  sonrosadas,

sus  ojos  como el cielo

y sus tiernas  voces diciendo:

¿dónde  estás abelo?

El Vacar  8 de  noviembre de 2020

viernes, 6 de noviembre de 2020

Desde mi terraza

¡Desde mi  terraza

verdes  encinares

entre  jaras altas!

¡Bonitos lunares

con sus  flores  blancas!


¡Sierra de los Santos!

¡Altiva Chimorra!

¡Qué agrestes  tus campos

de  rubia zahorra!


¡De roca y granito

también son tus  suelos,

con viejos  olivos

que gimen al  viento!


¡Hacia el Guadïato

corren los  arroyos

con risa y con llanto,

como amantes novios

que se quieren tanto!


¡En Villaviciosa,

los  pinos rodean 

su sierra fragosa!

¡Los  ciervos  berrean

con su voz  ruidosa!

¡Las  aves revuelan

de  forma  graciosa,

con trinos que suenan

cual flauta preciosa!


¡Sobre  Puente Nuevo

la alondra  volaba;

al pantano seco  

sus ojos  miraban!

¡Se seca el embalse,

-su trino  cantaba-

si lluvia  no cae

la vida se acaba!


¡Qué negro es el cielo

que  cubre estos montes,

como negro velo,

cuando el sol se esconde!


¡Montes del Vacar,

siempre  de vosotros

yo tendré que  hablar!

¡Tus  navas y cotos

serán mi cantar!


El Vacar  8 de  septiembre de 2020

domingo, 1 de noviembre de 2020

Veo llover por la ventana

       Veo llover por la ventana. El sonido de las  gotas  me recuerda tiempos de mi infancia. Me encantaba meterme en los  charcos y colocarme debajo de los canalones de los tejados, para que sobre mí cayese el grueso chorro de agua que por sus bocas se vertía. Miraba las cenicientas nubes, una  y otra vez, pues no comprendía cómo tal cantidad de agua podía almacenarse en tan vaporosos y etéreos recipientes. No me importaba mojarme hasta  quedar empapado; sólo sentía  pena  por la  ropa y el  calzado que  se estropeaban y sus repuestos era  caros y  muy escasos.                                                                          Sigue  lloviendo y siento como si esta lluvia me limpiara el alma, que vuelve de nuevo a mi niñez y a mi juventud, entre recuerdos dulces y entrañables añoranzas.                                                        El monótono repiqueteo del agua me produce una inenarrable sensación de soledad y de serena tristeza. Sólo la la lluvia es mi compañera y a ella le hablo desde el fondo de mi alma.                                                                                ¡Oh lluvia, fecunda el campo, a la madre naturaleza, para que brille hermosa en sus verdes praderas, en sus árboles frutales, en sus salvajes sabanas, en sus  prados  floridos o en sus  selvas  y bosques  tropicales!                                    ¡Viendo  tus lágrimas  caer he aprendido a  valorar el sentido de la  vida, la tristeza  del  que sufre, el embrujo del amar, la alegría de la  risa, la congoja del llorar, la  familia que  te ama, la dicha  de  perdonar, el misterio de la  muerte, el trabajo por la  paz... He  aprendido muchas  cosas que se  viven y se  sienten sin pensar!                               ¡Alegras, lluvia, mi soledad,  en esta  melancólica  tarde  otoñal en la que  no veré  al rubio sol, pero sí escucharé el sonido de  tus  cantarinas  gotas, chapoteando  sobre  los  charcos  y besando el cristal de mi ventana!  

                                    El Vacar 22 de octubre de  2020