lunes, 22 de febrero de 2021

Canto en romance a la bandera andaluza



¡Es la  bandera  andaluza

blanca y verde, verde y blanca! 

¡Verde  como sus  olivos,

blanca como son sus casas!

¡Tiene el verdor de los  pinos

a la luz de la mañana!

¡Es  blanca  como la nieve,

que cubre  Sierra Nevada!

¡Verde  como sus  trigales

con sus  amapolas  grana!

¡Es  blanca  como la  sal

que en San Fernando se  saca!

¡Verde  como las  palmeras

que hacia el cielo se levantan!

¡Blanca  como son las  jaras

en el Coto de Doñana!

¡Posee el mismo  verdor 

que la  Vega de  Granada!

¡Es blanca  como la leche

ordeñada de sus cabras!

¡Verde  como los  lentiscos

que crecen en sus  montañas!

Y cuando  flamea al viento,

¡baila  como una  gitana!

¡Ondea  con marcial  pose,

por su ascendencia  romana!

¡Embruja  con su  figura

por su  sangre  musulmana!

¡Es la  bandera  andaluza

blanca y verde, verde  y blanca!

¡Un grito de libertad!

¡Una  señal de  esperanza!

¡Una  espadaña de  fe!

¡Un orgullo para España!


Córdoba 11 de diciembre de  2019


lunes, 15 de febrero de 2021

Décima al sol en eneasílabos

 ¡Ígneo disco flameante!

¡Rubio galán madrugador,

eres  del cielo gran fulgor!

¡Ardiente cerco llameante,

brillante esfera  rutilante!

¡Rey del cielo, fúlgida rosa

que hace la  tierra más hermosa!

¡Me encantan tus  rayos  templados

besando a los  campos helados!

¡Dorada  bola  luminosa!


Aguilar  de la   Frontera  12 de marzo de 1986

lunes, 8 de febrero de 2021

Vigilia Nocturna

En la noche negra,

cuando suena el viento,

cuando ni siquiera 

se asoma un lucero

al manto azabache 

que  cubre los  cielos,

me siento muy triste

y pienso en los  muertos;

mis  tíos, mis primos,

mis  buenos  abuelos,

mis seres  queridos,

y amigos sinceros;

¡todos ellos juntos

qué pronto se  fueron!

Me quedo despierto,

mi mente  cavila,

rebusca los  huecos

que están escondidos

allá en mi cerebro;

y pasa mi vida 

como en un espejo.

Siento gran pesar 

en este  recuento.

Veo los  errores,

también los  aciertos;

pasean desnudos

todos  mis anhelos,

mis ansias, mis luchas,

todos  mis deseos...

Amar a  mi esposa,

marcharnos  muy lejos,

los dos  muy juntitos

para comprendernos;

querer a mis hijos,

darles el sustento;

que crezca su espíritu,

que  crezca su cuerpo;

que amen, que sirvan

en todo momento,

a cualquier  persona,

no importa su gesto,

su raza, su cuna

o su pensamiento;

y, si lo merecen,

que ocupen un puesto

para que  realicen

su mejor proyecto.

Ser  buen profesor,

ser siempre "maestro";

trabajar  feliz,

alegre y contento

queriendo ayudar,

en todo momento,

a cualquier alumno

que busque  consejo.

Todo lo anterior

es sólo un bosquejo

de aquello que guardo, 

y en mi alma  tengo,

un tanto  escondido,

como  fiel secreto;

y en la  noche negra,

cuando suena el viento,

cuando  ni siquiera

se asoma un lucero

al manto azabache

que cubre los cielos, 

me siento muy triste...

y sobre ello pienso...


Reina  Sofía, madrugada del 27 de  febrero de  1986

lunes, 1 de febrero de 2021

Volcán de amor

 Llegaste  con el cuchillo azul de la  mañana que incendiaba la  rosada  palidez  de la aurora.

Las  estrellas , trémulamente  puras, palidecían  asustadas  en el éter.

Te vi surgir  como una inmensa  bola de  oro.

Los   gritos  del silencio jugaban con los  vapores  matutinos que  temblaban y se  transformaban bajo los  débiles e inaudibles  quejidos  del  viento.

Las  madreselvas, cuajadas de  rocío, lloraban colgadas  de los  muros  derramando sus  transparentes  lágrimas.

El sueño  dormía  en  brazos  de la  vida.

Fue entonces cuando cogí  tus manos de  violeta, lívidamente  pálidas. Acaricié tus  dorados  cabellos  con ternura.

Las  auras  eran aromas  de  tus  senos y quedé prisionero de  tu talle.

Entonces  besé  tus  labios  carmesí con amor  apasionado.

Cerezas  de encendida  corteza  estallaron en el  aire. El orbe  entero se  incendió  con rojas  llamaradas del volcán de nuestros  cuerpos.....

Te amé  como nunca  te había amado. Los  dos  bailamos al compás  mientras  una  lava  ardiente corría  por nuestras  venas  y  bañaba  nuestra piel...

Apagué  mi sed en la  fuente  de tu vientre y me  bañé en los lagos  de  tus ojos de  esmeralda....

El cuchillo azul quemaba dulcemente...

Nada  existía.... Sólo tú y yo fundidos  para siempre.

Reina  Sofía, madrugada  del  27 de  febrero de  1986