sábado, 6 de marzo de 2021

Cerré yo sus ojos

Cerré yo sus ojos,

que aún tenía  abiertos,

 y tapé su cara

con un blanco velo.

Aquel seis de marzo,

    ¡qué bien lo recuerdo,

mi padre  marchó 

volando hacia el cielo!


Un médico vino,

para dar por hecho,

que mi padre estaba 

para siempre  muerto.

¡Qué pena  tan grande,

qué dolor tan fiero,

se clavó en mi alma

cual vivo avispero!


Mi padre yacía  

tan frío y tan yerto

que me parecía

un bloque de hielo.

Escaras  tenía

por todo su cuerpo.

¡Qué dolores  tuvo

estando  despierto!


En el tanatorio 

estuvo primero,

allí lo velamos

amigos y deudos.

Quizás  le rezaron

con gran desconsuelo

cuando contemplaron

sus pálidos  restos.


Luego a  La  Victoria

llevamos el féretro

y tras de la misa

pasó al cementerio;

allí lo metimos 

en un nicho  nuevo

y en la  oscura  lápida

escribí unos  versos

con amor  filial

hacia un padre bueno.


Mis  hijos  le dieron 

su mayor  contento;

fueron sus tres nietos

su mejor  consuelo.

Francisco Fernando

su nieto primero;

con él disfrutó

primicias de  abuelo;

luego vino Antonio,

lucero del cielo;

a voces  le  daba

sus tiernos  requiebros.

Cuando vino Inma

estaba ya enfermo;

su pequeña albóndiga

de miel y romero.


Una  vez  cerrado, 

aquel  frío hueco,

con él conversé,

con hondo respeto

y  mucho dolor

dentro de mi pecho.

¡Adiós, padre mío,

le dije  sincero,

que  en la  gloria  estés

con júbilo pleno!.


Han pasado años,

¡como corre el tiempo!

Pero desde entonces, 

yo bien lo prometo,

cuando estoy muy triste

y con pena  dentro,

cuando cae la nieve

del helado invierno,

cuando sólo oigo

gemidos del viento,

de mi amado padre 

su muerte  recuerdo

y elevo plegarias

por él hasta el cielo,

¡Que  Dios  te bendiga

con el  gozo eterno;

te lo mereciste

yo doy fe de ello!


El Vacar 6 de marzo de 2021


5 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. ¡Qué solos se quedan los muertos! ¿Eres Bécquer reencarnado?
    Emotiva expresión de amor filial a la muerte de tus padres.
    Yo también escribí unas poesías breves en las lápidas de mis padres.
    Un abrazo, amigo Fernando.
    (Borré el comentario anterior por un error léxico).

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    1. La enfermedad y muerte de mi padre me dejó marcado y fue el detonante que me impulsó a escribir poesía como medio de calmar mi dolor y mi ansiedad.
      Un abrazo

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