lunes, 18 de enero de 2021

Vuelo como un águila sobre la campiña cordobesa

            El cielo se  viste de tules  cristalinos. El aire es  fresco besado por el  céfiro matutino. La  campiña  está preñada de  verdes  esperanzas.

    Hoy siento  latir profundamente mi corazón; mi cuerpo se vuelve  ligero como una  pluma y se eleva por el aire, flotando sobre las  lomas esmeraldas como águila  señera que vigila sus dominios.

    ¡Qué serena  belleza! ¡Qué intensa  emoción recorre  mi alma! Una blanca  estela  de  pueblos  se  despliega ante mi vista, brillando luminosa  bajo los  rayos del sol. ¡Espejo surge con su ducal castillo como una  nívea pirámide rodeada de  verdes olivos!¡Montemayor se asemeja  a  un alba  tortuga  coronada! ¡Fernán Núñez  como un pan blanco nacido de sus campos sudorosos! ¡Qué dorada  y preciosa  veo a Montilla apenas  asomada al mirador de sus vides  malaquitas! ¡Aguilar descansa  acostada entre las  lomas, junto a su hermosa  laguna de Zoñar! Continúo mi vuelo hacia el sur  acariciado por el silbo del aire  sonoroso que acaricia las  plumas de  mis alas. ¡Dulces  aromas  de  membrillo me señalan que vuelo sobre el febril  Puente Genil!  Giro  hacia el  este; ¡me deslumbro ante  Lucena  que me aparece  como una  blanca  alfombra tendida  a los pies  de su Virgen de Araceli! Vuelo sobre la ermita y ¡qué  maravilloso  panorama  se extiende alrededor!¡Lomas  cerros y hondonadas  conforman una vista impresionante! ¡Me  acerco a Cabra  que ríe y canta como el agua de  su río  y de su cristalina  fuente! Asciendo  por los aires y rodeo el blanco  santuario de la Virgen de la Sierra. ¡Qué navas tan umbrosas contemplo en sus  alturas! Unas  fuertes  ráfagas de  viento me alejan hacia el  sur . ¡Apiñada  en una loma, blanqueando como un lirio, distingo a  Rute! ¡Olores  de canela y chocolate, de anisados  y pestiños, me envuelven con su aroma embriagando mis sentidos!  ¡Muy cerca  diviso a Iznajar  que  se  yergue  orgulloso   sobre  el espejo plateado de las  aguas de  su lago!

    ¡Qué hermosos son los paisajes que contemplo! ¡Los  olivos  formando  largas  hileras que se cruzan y entrecruzan  formando un intricado laberinto! ¡Las  verdes alfombras  de  trigales, las  tierras albarizas, las  rosadas  canteras de mármol en los  peñascales  egabrenses, los  lagares  y cortijos  que, como blancas motas  en el verdor  de los cultivos, visten  a los  campos de un atractivo  traje de lunares....!

    Me  elevo aún más  arriba. Rozo los tenues  celajes de los  cirros. Las  lejanas   sierras  cenicientas, los prieguenses  cerros  ocres  y azules, la altiva  Tiñosa  que  airosa  se destaca  sobre  sus faldas de  olivares, los arroyos que verdean con sus  líquidas  corbatas de plata...  todo se  va difuminando  bañado por los  cálidos  vapores de la  húmeda  tierra que  respira.

    Las  agrestes montañas no parecen tener elevación. Así son- pienso  para  mí- los  humanos avatares; moles  gigantescas observadas desde  abajo; simples  colinas   vistos  desde  otras  perspectivas...

    ¡Qué silencio tan sonoro!

    ¡Qué  paz tan serena y sosegada!

      ¡Qué murmullo tan dulce y rumoroso...!

    ¡Cuántas  veces, cual águila avisora, he volado  sobre  vosotros! ¡Campos  de  Córdoba! ¡Verdes  olivares, oscuros encinares, viñedos esmeraldas, alfombras de  trigales, amarillos  girasoles, campiñas de  esperanza, agrestes  montañas  cárdenas y azules...! ¡En mis  ojos  de  águila, con corazón  humano, se han sembrado  para siempre la  vid, el trigo y los olivos!

    ¡Tierras de  Córdoba  formáis parte de mi ser!

                       Aguilar  28 de abril de  1986

4 comentarios:

  1. Fernando estupendo vuelo planeando sobre nuestras tierras cordobesas. Me encanta volar... Cuenta conmigo cuando quieras que te acompañe.
    Recibe un cordial abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Respuestas
    1. Sí,cuando iba diariamente para Aguilar mi imaginación volaba viendo los campos a la salida del sol.
      Me alegro si te ha gustado.
      Un abrazo

      Eliminar
  3. Amigo Manuel la poesía nos permite volar con la imaginación. Me alegra que a ti también te encante volar. Ya lo he comprobado leyendo tus escritos en el blog de Santa María.
    Un abrazo

    ResponderEliminar