¡Qué hermoso es ver la sierra
bañada por la brisa despertarse,
y, con beso de fuego,
observar a la niebla evaporarse!
¡Qué hermoso tras la lluvia,
de un abril muy regado, cada tarde,
de los rojos claveles,
disfrutar de su aroma inigualable!
¡Qué hermoso es ver los fresnos
por el inquieto viento cimbrearse,
y, de sus verdes ramas,
escuchar las canciones que hace el aire!
¡Qué hermosos son los sueños,
que te llevan a un mundo sin pesares ,
sin guerras y sin hambre,
donde todos los hombres son iguales!
El Vacar 2 de junio de 2020
Dedicada a mi amiga Rafi Mármol
Bella reflexión, ¡bello poema y muy evocador!
ResponderEliminarMuchas gracias Lourdes por tu comentario. Me alegra que te haya gustado
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