Voy andando los caminos
de la tarde. Los dolores
y los achaques cansinos
de quien vive sin amores.
Soy como un pobre viajero,
que ha recorrido la vida
con su alma muy herida
y el corazón prisionero.
Me ha faltado decisión
de vivir comprometido
con el pobre y oprimido,
por justicia y por razón.
Está cayendo la noche,
y su penoso lamento,
me suena como reproche
por no aliviar su tormento.
Quisiera poder volar
para subir hacia el cielo
y así poderme aliviar
de esta pena y desconsuelo.
El Vacar 26 de mayo de 2020
Reflexiones que nos acechan, lamentos que nos sobrevienen, creo que tu lamento no es tan grande, pues estoy segura que has ayudado y mucho.
ResponderEliminarNunca se hace todo lo que se puede para ayudar y aliviar a los pobres y oprimidos. Yo reconozco que he podido hacer más y eso me duele, porque ya tengo 72 años
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, siempre se puede más... pero también podría haber si do menos... no hay que estar en constante reproche, intenta hacer ahora un extra.
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