¡Oh esbelta torre de horas coronada!
¡Oh inmensa plaza ochava de armonía!
¡Oh explanada repleta de alegría
por la cal y la piedra engalanada!
¡Oh iglesias y convento centenarios,
que guardáis en vosotros con usura
los míticos tesoros de cultura,
provenientes de tiempos legendarios!
¡Oh lomas de viñedos esmaltadas,
sombreadas de verdes olivares!
¡Nobles gentes provienen de suelo!
¡Alta gloria te dan los Aguilares,
que en tu alcázar plantaron sus moradas
y tu fama encumbraron hasta el cielo!
¡Sólo tú eres mi anhelo,
sangrante corazón de Andalucía!
¡Oh fiel Ipagro, oh Poley, oh patria mía!
Soneto, inspirado en Góngora, escrito en Aguilar, el 18 de febrero de 1985.
Retocado el 29 de septiembre de 1986
Un canto a nuestra Aguilar de la Frontera que derrama amor y sensibilidad. Muchas gracias Fernando.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti Rafa por leerlo. Aguilar, igual que Priego, ha sido pueblos en los que me hubiera quedado a vivir con gusto. Un abrazo
EliminarFelicidades Fernando. Me ha encantado el soneto. Un fuerte abrazo amigo.
ResponderEliminarMuchas gracias amigo Manuel. Me produce una grata satisfacción saber que te ha gustado. Un abrazo
ResponderEliminarPrecioso poema, aunque debo decirte que el verso que termina en suelo, para luego rimar con cielo, me ha chirriado un poco, pues parece forzado.
ResponderEliminarUn abrazo, Fernando.
LLevo sin venir al blog desde hace meses. Mi enfermedad ha avanzado y apenas escribo. Tal vez tengas razón pero así me surgió. En ese momento mi inspiración no me dio para más. Gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo
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