Cuando pienso en la vida
que en los años que tengo yo he gozado,
padres, hijos, esposa...
me siento muy feliz y afortunado.
Mi familia era pobre
sin dinero en el banco atesorado,
jamás pensé tener
una casa y hogar acomodado.
Cuando contemplo el prado,
de innumerables flores adornado,
mi corazón se agranda
y late con un ritmo acelerado.
¡Qué bonitas praderas
alfombran este campo no labrado!
¡Manjar de las ovejas
que tienen su sustento asegurado!
¡Cuando miro a las aves,
que danzan por el cielo despejado,
las quiero acompañar
en su vuelo feliz y acompasado!
Por el fondo del valle
corre un río despacio y sosegado
¡Qué lindo su reflejo
cual espejo sin mancha acristalado!
¡Cuando observo el ocaso
con el éter de rojo ensangrentado,
mi espíritu se eleva
hacia arriba en ardores sublimado!
¡Aquí me quedaré,
esperando el momento señalado,
en el que dejaré
este mundo al que miro enamorado!
El Vacar 1 de julio de 2021
Fernando, muy emotiva tu poesía. Parece un testamento de amor por este mundo. Comparto contigo el amor a este planeta sin reservas.
ResponderEliminarSí, nuestra Tierra es maravillosa y a menudo la mayoría de las personas no sabemos apreciar y valorar toda su espectacular belleza. Gracias amigo Pedro. Un abrazo
EliminarNo esperes el momento señalado como dices, sigue disfrutando y haciendo cosas, cuantas más, mejor!!!!
ResponderEliminarGracias querida Lourdes
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