Crónica del tercer encuentro
Llegué a la estación y el reloj marcaba las 9 de la mañana. Dónde estará Andrés -pensaba yo- ¿Lo reconoceré?.
Estación de autobuses de Córdoba |
Estación del Ave |
partimos hacia Hornachuelos. Salimos de Córdoba sobre las 10,30 de la mañana.
El día, que había amanecido triste y lloroso, en la medida que avanzábamos hacia nuestro destino se iba despejando y el sol nos saludaba con sus dorados rayos y de vez en cuando jugaba al escondite tras unas nubes de blanco algodón.Él también participaba de nuestra alegría y las previsiones meteorológicas nada halagüeñas por momentos se esfumaban.Sobre las 11,15, más o menos la hora prevista,llegamos al lugar de encuentro donde nos esperaban Gabriel,Francisco Serrano,Diego Habas, y José Morante. Ramón junto con Agustín y su esposa habían avanzado hasta el Centro de Interpretación del Parque de Hornachuelos al que encontraron cerrado; por su parte José María García Paredes con su esposa y José Dobao habían subido hasta el centro del pueblo.
La explanada que nos sirvió de aparcamiento se colmó de abrazos, alegría e ilusión por nuestro nuevo encuentro. Tras unos minutos de agradable convivencia anduvimos hacia la presa. Ésta se encontraba completamente llena al 100%. Sólo por un aliviadero lateral el agua saltaba en alegre tropel Vimos la barcaza cuya rotura nos privó del ansiado paseo hasta el seminario. La sierra vestida de verde manto de esmeralda brillaba bañada por los rayos del sol. Allá a lo lejos escondido entre los pliegues de las montañas me imaginé al seminario asomado sobre el río contemplando tan hermoso escenario.La naturaleza entera parecía gozar de nuestro encuentro pues una numerosa piara de cabras con sus cabritillos vino a saludarnos y darnos la bienvenida. Llegaron Ramón, Agustín y su esposa y de nuevo la presa se coronó de abrazos, de besos y de ilusión. Tomamos alguna foto para recordar tan emotivo momento y tomamos el camino hacia el centro del pueblo donde nos reuniríamos con José Dobao , con José María García Paredes y con su esposa.
En la presa |
D. Francisco M. Gámez nos sirvió de cicerone; nos habló de la historia del templo y de las diversas tallas y capillas que contiene.
Nos mostró la tallas de San Abundio, patrón de Hornachuelos, que fue martirizado en Córdoba.La de Jesús Nazareno con su imagen , la de la Virgen de los Dolores. En otra capilla lateral, dentro de un dorado templete, admiramos la imagen de La Virgen de los Ángeles,patrona del pueblo y que dio su nombre a nuestro seminario.La parte más antigua está ocupada por la capilla del sagrario;está separada de la nave principal por una verja de hierro forjado. Esta capilla parece ser la primitiva iglesia y en ella se encuentran pilastras,fustes de columnas,trozos de capitel,un fragmento de sacórfago paleocristiano del siglo V y un ladrillo de época visigoda.El altar mayor está presidido por una gran talla de Cristo Crucificado. En un lateral se encuentra también una enorme retrato de la beata Victoria Díez, maestra perteneciente a la Institución Teresiana, que fue fusilada durante la guerra civil.
Junto a la parroquia |
Marchamos a Palma atravesando gran parte del pueblo observando cómo había crecido en los últimos años.
Llegamos a nuestro destino y nos dirigimos a la parroquia de San Francisco;junto a ella se encuentra la hospedería del mismo nombre situada en el antiguo convento franciscano desamortizado en el siglo XIX. Desde entonces el templo siguió perteneciendo a la iglesia y el convento pasó a manos privadas.Tuvimos la agradable sorpresa de que el compañero Antonio Almenara León,de otro curso diferente al nuestro, nos estaba esperando para saludarnos. Fue un momento más de emoción y alegría. Gabriel nos enseñó su despacho,que tal vez es la parte más antigua de la iglesia . En su techo hay una pequeña bóveda con nervaturas de estilo gótico plateresco y en el muro de la izquierda un arco con profusa decoración del mismo estilo.Probablemente este despacho fue en tiempos la capilla de Ánimas.
Con Antonio Almenara delante de la parroquia de San Francisco |
Pasamos rápidamente al comedor pues ya eran las dos y los estómagos pedían a gritos una cervecita y algo sólido para acompañarla. Quizás este comedor fuese el refectorio del convento; su estructura de forma rectangular me recordó al primitivo refectorio de filósofos y teólogos de San Pelagio.
Llegó el momento culmen del encuentro participando todos de la misma mesa en un clima de alegría camaradería y sana amistad. El almuerzo estuvo a la altura de las circunstancias. De entrada un delicioso paté nos deleitó sobre unas pequeñas y crujientes tostas de pan .La cerveza, el agua, la gaseosa, el Rioja y el Ribera del Duero aclararon nuestras gargantas mientras acompañaban nuestros platos. De primero algunos escogieron un cremoso salmorejo bañado de jamón y huevo duro; otros preferimos sopa de picadillo con carga "de profundis" compuesta de fideos, pedacitos de jamón y huevo duro. Estaba riquísima y por supuesto no era de avecrén. También se podía escoger ensalada mixta. De segundo unos tomaron pez espada a la plancha con salsa verde ; otros flamenquín casero con guarnición de patatas fritas.; el flamenquín realmente grande como trompa de elefante; yo me incliné por arroz con verduras,arroz caldoso como lo llamaban en Aguilar de la Frontera.De postre flan casero de gran tamaño con adorno de nata y lápiz de chocolate; aparecía apetitoso. Me quedé con las ganas pero el azúcar la tengo prohibida. Me incliné por una tajada de melón que me la sirvieron con un sombrerito de fresa. Algún otro compañero pidió también melón. Ramón como palmeño de pro se inclinó por naranja de la tierra.
En el refectorio |
Es muy difícil recordar todas sus interesantes y amenas explicaciones sin haber tomado nota escrita de las mismas. Nos mostró los diversos claustros del convento y las partes más interesantes del mismo incluída la huerta y unos frescos muy antiguos con temas palmeños y simbología franciscana realizados sobre una bóveda que da acceso a uno de los patios. A continuación nos trasladamos al templo de San Francisco.Nos contó su origen en el siglo XVI como convento franciscano de Nuestra Señora de Belén,bajo bula del papa León X. Durante la guerra civil fue incendiado y se perdió todo su rico patrimonio. En una de sus capillas se encuentra el panteón de la familia Cívico. En el año 1954 se convirtió en parroquia.
El tiempo apremiaba pues a las 5 nos esperaban en el palacio de Portocarrero. Partimos pues hacia allí. Llegados a palacio nos recibió la propietaria Doña Cristina Ibarra. Ella misma fue la cicerone explicándonos con detalle cómo había diseñado su restauración desde la total ruina en la que estaba sumido cuando lo recibió.Al entrar a palacio un penetrante aroma de incienso nos embriagó mientras accedíamos al primer patio. En uno de sus
Delante del palacio de Portocarrero |
Añadió que era una experiencia para los sentidos pues al pasear por sus patios, salones y jardines nos envolvería una mágica atmósfera de sensaciones agradables para todos los sentidos. De ahí el aroma de incienso que nos había embriagado al entrar; el sentido de la vista lo estábamos disfrutando al contemplar tan bonito patio y tan lujoso salón y lo seguiríamos gozando en el resto de patios, salones y jardines. A continuación tocó una corta pieza en el clavicémbalo como experiencia para el sentido del oído.
Desde el salón a través de un arco pasamos a un pequeño jardín donde crecían lentiscos y flora mediterránea; se escuchaba el murmullo del agua que corría por los conductos de riego. A continuación una habitación, abierta como si fuese un porche y adornada en las paredes con azulejos rodeados de marcos de madera y colgados como si fuesen cuadros, daba acceso al gran jardín. Allí nos obsequiaron con un té y unas pastas en forma de corazón. Era la hora de la experiencia del sentido del gusto. Cristina nos habló de los naranjos centenarios del jardín y de que era único pues en él se cultivaban todas las clases de naranjos y limoneros que se conocen junto con otros árboles y plantas mediterráneas como cipreses, palmeras, alcachofas, tomillo, romero, aloe vera... Nos animó a recorrerlo mientras degustábamos el te y las pastas. Ella misma nos acompañó y nos fue mostrando lo más destacado de su hermoso jardín. Dentro del mismo nos dio a libar el néctar de las flores del aloe como una nueva experiencia para el sentido del gusto.
En el gran jardín del palacio |
Gran salón comedor de 64 comensales |
D. Manuel nos estaba esperando para conducirnos al monasterio de Santa Clara.Nos introdujo en un hermoso claustro de doble galería cuyos arcos estaban sostenidos por estéticas columnas de ladrillo. Sus capiteles de estilo mudéjar nos dejaron gratamente sorprendidos por su artística factura.Todas las columnas tenían su fuste recto excepto en un lateral; en él sus fustes eran de estilo salomónico muy semejantes a las que adornan la entrada a la parroquia de la Asunción. Este detalle- según D. Manuel- indicaba que este lateral del claustro era más moderno que los otros.Nos trasladamos a la parroquia de la Asunción.Templo con forma de cruz latina de una sola nave amplia y de gran altura, con capillas laterales comunicadas por galerías. En su parte superior estas galerías tienen tribunas con elaborados herrajes. Nos explicó que desde una de estas tribunas asistían a los actos religiosos los dueños del palacio. Siguió hablándonos de que esta iglesia en un principio fue dedicada a Santa María y que después del Concilio de Trento pasó a denominarse de la Asunción. Nos contó muchas más detalles como que el hermoso retablo del altar mayor estaba formado por tres retablos diferentes muy bien acoplados; que la bóveda de la iglesía se derumbó en los años setenta; no así la cúpula que es impresionante `por su arquitectura y por su altura. Encomió al templo por su belleza, grandiosidad y riqueza artística; llegó a afirmar que alguno de los cuadros que cuelgan del crucero pertenecían a la parroquia de San Francisco. Elogió también los adornos barrocos de las pechinas así como la esbelta torre de ladrillo rojo y azulejos de clara influencia sevillana. Contó numerosas anécdotas relacionadas con los párrocos que habían regido la iglesia y que sería muy prolijo relatar. Desde el templo nos condujo hasta la plaza mayor atravesando un arco ojival enclavado dentro de la muralla.Sobre este arco y dando a la plaza destaca un hermoso balcón plateresco que perteneció al palacio de Portocarrero. Nos explicó que esta plaza estaba rodeada por el cabildo, la cárcel, los juzgados y el palacio de Portocarrero y que hoy conserva casi la misma distribución en un diseño nuevo adaptado a nuestro tiempo. Destacó que uno de los edificios más notables- el pósito- fue descubierto no hacía mucho tiempo realizando una restauración y hoy luce espléndido como podíamos contemplar. Actualmente alberga la oficina de Información y Turismo de Palma de Río.Resulta completamente imposible exponer todo lo que nuestro amable cicerone nos relató con sus explicaciones ; me he limitado a recordar algo de lo mucho que nos transmitió.
La torre de la Asunción desde el arco |
Finalmente D. Manuel nos regaló a cada uno el libro Historia de las calles de Palma del Río. Desde estas líneas queda nuestro reconocimiento por su desinteresado y extraordinario trabajo. Sus explicaciones claras e interesantes nos han ayudado a comprender el legado monumental e histórico de esta bella ciudad y han quedado grabadas en nuestra mente y corazón.
Tras despedirnos de D. Manuel Gabriel nos repartió una botella de aceite de oliva virgen extra de la empresa SAT Óleo Palma. Ha sido un regalo fruto de su mediación. No cabe duda que este encuentro es fruto indudable de su trabajo. Yo soy testigo y estas líneas quedan como testimonio .
Gracias Gabriel.
Tras abrazos y besos y con el corazón alegre nos dimos el adiós quedando a la espera de nuestra próxima cita en Priego. Desde Palma cada uno volvimos hacia nuestros puntos de origen contentos y satisfechos por tan espléndido día y por tan bonita convivencia de amistad.